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Acidez estomacal y diabetes: Conoce su relación

04/01/2024
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La acidez estomacal es un síntoma que las personas suelen referir como un ardor en el centro del pecho. Esta sensación tiende a ser peor después de comer ciertos alimentos o al acostarse en la noche.

El estómago siempre produce ácido para digerir la comida (1). Pero si hay un exceso de este ácido o el mismo sube desde el estómago hacia el esófago, entonces se siente esa molestia que recibe el nombre técnico de “pirosis” (2).

La causa más frecuente de pirosis es un mal funcionamiento de un grupo de músculos que forman una especie de válvula en la porción inferior del esófago, la cual se conecta con el estómago (2).

La misma debería abrirse para que pasen los alimentos y cerrarse para evitar que el ácido del estómago suba. Si falla la segunda parte del mecanismo, entonces hay pirosis.

 

Factores de riesgo para tener acidez estomacal

Las personas que viven con diabetes tienen más tendencia a presentar pirosis (3). Esto se relaciona con cambios que suceden en el sistema digestivo cuando hay hiperglucemia (glucosa elevada en la sangre) (4).

Sin embargo, la diabetes no es la única condición que aumenta el riesgo de pirosis. También se ha encontrado que el trastorno es más habitual en los siguientes casos (5,6,7):

  • Ingesta de ciertos alimentos que irritan el estómago: picantes, muy calientes, cítricos, chocolate, bebidas alcohólicas, café y frituras.
  • Tener sobrepeso u obesidad.
  • En mujeres embarazadas. El aumento del tamaño del útero presiona al estómago y estimula el paso del ácido hacia el esófago.
  • Periodos de ansiedad o estrés, lo que suele provocar un aumento en la producción de ácido estomacal.
  • Consumo de cantidades elevadas de antiinflamatorios, como el ibuprofeno.
  • Tabaquismo.

 

Signos y síntomas de la acidez estomacal

La pirosis tiene un síntoma claro que es la sensación de ardor en el centro del pecho. Quienes la presentan suelen referir una quemazón que sube desde el centro del abdomen hasta la garganta, en forma de “corbata”.

Este ardor puede acompañarse de otros síntomas que no siempre están presentes, pero que resultan importantes. Entre ellos (8):

  • Eructos.
  • Hinchazón en el vientre.
  • Gusto amargo en la boca.
  • Náuseas.
  • Plenitud postprandial, que es la sensación de estar muy lleno tras haber concluido una comida.

 

Algunas enfermedades que pueden acompañarse de pirosis

La acidez estomacal no siempre es una situación aislada, sino que puede acompañar a ciertas enfermedades concretas (2):

  • Gastritis: es la inflamación de la capa más interna del estómago.
  • Úlceras pépticas: son llagas que se forman en la capa interna del estómago o la porción superior del intestino delgado.
  • Infección por Helicobacter pylori: se trata de una bacteria que se asienta en el estómago y aumenta el riesgo de gastritis y úlceras.

También hay otras enfermedades que se pueden acompañar de acidez estomacal y que merecen una mención especial. Estas son: la gastroparesia diabética y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).

En la primera hay un funcionamiento lento de los músculos del estómago (9). Por lo tanto, la comida permanece más tiempo dentro del órgano y tarda demasiado en pasar al intestino.

Tanto la diabetes tipo 1 como la 2 son las causas más frecuentes de gastroparesia (10). Esto es así porque la hiperglucemia puede dañar los nervios que controlan el movimiento del estómago (4).

Ahora bien, si el regreso de ácido al esófago es persistente y se repite por muchos días, podría tratarse de ERGE (11). De todos modos, en este caso no hay solo pirosis, sino que también aparecen:

  • Náuseas y ardor en la garganta.
  • Dolor en la parte alta del abdomen.

 

¿Cómo se diagnostica?

Los médicos solicitan algunos estudios cuando hay acidez estomacal. Esto con el fin de determinar si existe alguna enfermedad asociada, como las que mencionamos antes. Los exámenes complementarios indicados habitualmente son (2,3,8,12):

  • Endoscopía digestiva: para visualizar el interior del esófago y del estómago.
  • Manometría esofágica: para medir la presión del músculo que conecta el esófago con el estómago.
  • Sonda de ácido: es una medición de la cantidad de ácido que pasa al esófago y del tiempo que permanece allí.

 

Recomendaciones para prevenir la acidez estomacal

Existen algunas medidas que puedes practicar para contribuir a la prevención de la acidez estomacal, incluso si padeces de diabetes. Entre ellas podemos mencionar las siguientes (5,6,13,14,15,16,17):

  • Controla tus niveles de azúcar en sangre. Realiza el automonitoreo como te lo haya indicado tu médico y administra tu medicación a horario.
  • Evita los alimentos que pueden irritar el estómago.
  • Sigue una rutina nocturna en la que pasen al menos 2 horas entre la cena y el momento de acostarse. También trata de elevar la cabecera de tu cama, pues esto ayuda a prevenir el regreso de ácido desde el estómago al esófago. Asimismo, descansa preferiblemente sobre tu lado izquierdo, ya que esta posición disminuye la aparición del reflujo.
  • Evita las prendas ajustadas en el abdomen. Esto podría estimular el reflujo y la pirosis.
  • Regula tu estrés con técnicas de relajación y ejercicios de respiración.
  • Controla tu peso.
  • Realiza ejercicio físico.
  • Evita el tabaquismo.

Finalmente, recuerda no automedicarte para la acidez estomacal. Esta práctica es peligrosa y puede interferir con el control de tus niveles de azúcar en sangre (18). Si tienes pirosis mejor efectúa una consulta médica, ya que algunos de sus síntomas son similares a los que se presentan al inicio de una cetoacidosis diabética.


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Referencias

  1. Ramsay PT, Carr A. Gastric acid and digestive physiology. Surg Clin North Am. 2011 Oct;91(5):977-82. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21889024/
  2. Gómez-Nussbaumer D, Polanía E. Protocolo diagnóstico de la pirosis retroesternal. Medicine. 2016;12(1):49–51. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0304541216000081
  3. Monreal-Robles R, Remes-Troche JM. Diabetes and the Esophagus. Curr Treat Options Gastroenterol. 2017;15(4):475-489. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28913607/
  4. Kurniawan AH, Suwandi BH, Kholili U. Diabetic Gastroenteropathy: A Complication of Diabetes Mellitus. Acta Med Indones. 2019;51(3):263-271. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31699951/
  5. Surdea-Blaga T, Negrutiu DE, Palage M, Dumitrascu DL. Food and Gastroesophageal Reflux Disease. Curr Med Chem. 2019;26(19):3497-3511. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28521699/
  6. Richter JE, Rubenstein JH. Presentation and Epidemiology of Gastroesophageal Reflux Disease. Gastroenterology. 2018;154(2):267-276. doi: 10.1053/j.gastro.2017.07.045. Epub 2017 Aug 3. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28780072/
  7. Vazquez JC. Heartburn in pregnancy. BMJ Clin Evid. 2015; 8:1411. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26348641/
  8. Talley NJ. Functional Dyspepsia: Advances in Diagnosis and Therapy. Gut Liver. 2017 15;11(3):349-357. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28452210/
  9. Bharucha AE, Kudva YC, Prichard DO. Diabetic Gastroparesis. Endocr Rev. 2019 Oct 1;40(5):1318-1352. doi: 10.1210/er.2018-00161. PMID: 31081877; PMCID: PMC6736218. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31081877/
  10. Shen S, Xu J, Lamm V, Vachaparambil CT, Chen H, Cai Q. Diabetic Gastroparesis and Nondiabetic Gastroparesis. Gastrointest Endosc Clin N Am. 2019;29(1):15-25. Epub 2018 Sep 11. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30396524/
  11. Yolopsi DJS-M, Meixueiro-Daza A, García-Zermeño KR, Remes-Troche JM. Manifestaciones gastrointestinales en Diabetes Mellitus y factores asociados. Rev Med MD. 2019;9.10(2):185–90. https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=85155
  12. Krishnasamy S, Abell TL. Diabetic Gastroparesis: Principles and Current Trends in Management. Diabetes Ther. 2018;9(Suppl 1):1-42. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29934758/
  13. Taraszewska A. Risk factors for gastroesophageal reflux disease symptoms related to lifestyle and diet. Rocz Panstw Zakl Hig. 2021;72(1):21-28. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33882662/
  14. Ness-Jensen E, Hveem K, El-Serag H, Lagergren J. Lifestyle Intervention in Gastroesophageal Reflux Disease. Clin Gastroenterol Hepatol. 2016;14(2):175-82.e1-3. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25956834/
  15. Roncero LP. Curso básico sobre patologías digestivas. Tema 2. Pirosis. Farmacia profesional 2016; 30(2):29-35. https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-curso-basico-sobre-patologias-digestivas--X0213932416516178
  16. Qiu K, Wang J, Chen B, Wang H, Ma C. The effect of breathing exercises on patients with GERD: a meta-analysis. Ann Palliat Med 2020; 9(2): 405-413. https://pdfs.semanticscholar.org/ec5c/98221ddb0d3d6517a472bb8aa29fee745bd9.pdf
  17. Bilski J, Mazur-Bialy A, Magierowski M, Kwiecien S, Wojcik D, Ptak-Belowska A, Brzozowski T. Exploiting significance of physical exercise in prevention of gastrointestinal disorders. Current pharmaceutical design 2018; 24(18):1916-1925. https://www.ingentaconnect.com/content/ben/cpd/2018/00000024/00000018/art00002
  18. Hossain MJ, Sultan MZ, Rashid MA, Kuddus MR. Does Rabeprazole Sodium Alleviate the Anti-diabetic Activity of Linagliptin? Drug-Drug Interaction Analysis by In vitro and In vivo Methods. Drug Res (Stuttg). 2020 Nov;70(11):519-527. doi: 10.1055/a-1233-3371. Epub 2020. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32916741/

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