Riesgo Cardiovascular

40 gramos de queso diarios pueden ayudar a proteger su corazón

09/01/2024
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En pro de una alimentación sana, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar el consumo de alimentos con alto contenido de grasas saturadas, como el queso. Sin embargo, una nueva investigación indica que comer cerca de 1.41 onzas de este producto lácteo todos los días podría ayudar a disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular (ACV).

Por años se ha dicho que una dieta saludable a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en sus diversas formas, al tiempo que reduce la probabilidad de que se presenten enfermedades no transmisibles (ENT) como los infartos de miocardio, el cáncer, el asma y la diabetes, entre otras afecciones.
 
Ahora, un reciente estudio de la Universidad Soochow en China, precisa que el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) puede disminuir hasta en un 18% con relación al consumo regular de queso.
 

¿El queso es bueno o malo?

A pesar de ser rico en nutrientes como el calcio, el zinc y las vitaminas A y B12 (esta última, útil para el metabolismo de proteínas, la formación de glóbulos rojos y el mantenimiento del sistema nervioso central), este derivado de la leche también contiene un alto porcentaje de grasas saturadas, las cuales pueden llegar a incrementar los niveles de colesterol y el riesgo de enfermedad cardíaca y ACV.
 
La OMS señala que para tener una alimentación saludable es preciso limitar el consumo de grasa al 30% de la ingesta calórica diaria. Y bajo ese lineamiento, dice que las grasas no saturadas –presentes en el aceite de pescado, el aguacate, los frutos secos y el aceite de girasol, canola u oliva– son preferibles a las saturadas, que se encuentran en la carne grasa, la mantequilla, el aceite de palma y de coco, la nata y el queso, entre otros.
 
Sin embargo, la investigación publicada en el European Journal of Nutrition sugiere que el queso podría representar un beneficio para la salud cardiovascular. El estudio incluyó más de 200 mil participantes, en los que se observaron los efectos de la ingesta de queso durante más de 10 años.
 
El análisis mostró que, en comparación con quienes tenían un nivel bajo de consumo de queso, los que lo consumían con regularidad alcanzaban casi un 20, 14 y 10 por ciento menos de probabilidad de desarrollar ECV, un ECC y un ACV, respectivamente.
 
Aunque este hallazgo muestra una mejor ‘cara’ del queso, es necesario señalar que los resultados del estudio están basados en un análisis netamente observacional, y por ello no demuestra en su totalidad que la ingesta de este lácteo incida en una mejor salud cardiovascular. Debido a esto, por ahora el queso no debe dejar de entenderse como un producto que, en grandes cantidades, puede ser perjudicial para el corazón.


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